Ammar asistió ayer a la charla “Patrocinio jurídico y reparación civil para víctimas de trata y explotación de personas”, organizada por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas Protex, en el salón Nelly Ortiz de la Procuración General de la Nación. En el conversatorio se socializó la experiencia de clínica jurídica de la Universidad de Michigan, que atiende y asesora gratis principalmente a víctimas de trata. Desde la Protex buscan motivar la replica del modelo estadounidense en la Argentina. Estuvieron como expositores, Marcelo Colombo, fiscal a cargo de la Protex; Zaida Gatti, titular del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a personas Damnificadas por el Delito de Trata del Ministerio de Justicia; Eva Foti, profesora de la Universidad de Michigan y miembro de la clínica jurídica de atención a víctimas de trata de personas de esa universidad, Jesse Hoffnung-Garskof, también integrante de la clínica y Marcela Rodríguez, responsable del Programa de Asesoramiento y Patrocinio para víctimas de Trata de Personas de la Defensoría General de la Nación.
Durante las intervenciones de los panelistas Marcela Rodríguez y Zaida Gatti fueron enfáticas en su postura de no diferenciar trata de trabajo sexual. Al finalizar se abrió el micrófono para preguntas del público. Uno de los asistentes que se presentó como Asesor de un diputado del Frente para la Victoria dijo: “yo estoy de acuerdo con combatir la trata…pero también estoy a favor de entender que cuando generalizamos estamos haciendo mal las cosas. Las cosas tienen que ser analizadas taxativamente. Como abogado creo que se debe incluir a algunas personas que tienen voces como las meretrices que dicen que no son víctimas de trata”.
Al responder, Zaida Gatti, reafirmó su posicionamiento frente al tema y expresó: “Nunca bajo ningún concepto voy a admitir desde mi posición y por lo que he vivido todos los días con las víctimas de explotación sexual que el trabajo sexual pueda ser considerado como trabajo...los hombres que están pagando por el ejercicio de la prostitución de esas mujeres son sujetos que van a ejercer violencia”. Desde el auditorio, una de las trabajadoras sexuales la cuestionó y dijo, “acá estamos para debatirlo. Nosotras somos las trabajadoras sexuales y lo hacemos porque queremos, no porque estamos obligadas a nada”, y agregó, “Vos nos dejaste sin trabajo”. “No soy ninguna víctima. Trabajo desde hace casi 20 años y nadie me obligó a nada, tienen que obligarme para no ir a trabajar”, puntualizó otra.
Otra pregunta que realizó una de las asistentes fue: “¿qué pasa con quienes no se consideran víctimas de trata durante los operativos de rescate?”, Eva Fonti, de la universidad de Michigan dijo que ellos no participan del debate entre trata y prostitución. “El único requisito para ser cliente de la clínica de nosotros es que tiene que ser víctima de trata, no nos metemos en lo demás. Los clientes de nosotros usualmente son individuales, no hay casos de empresas que cierran. En términos de compartir el modelo de nosotros con otros países, lo que hacemos es que socializamos la estructura de la clínica, materiales académicos de clase y dejamos que los profesores de cada país y cada universidad pueden controlar lo que quieren hacer con la clínica, los temas que quieren cubrir, lo servicios que quieren prestar”, expresó Fonti.
Georgina Orellano, secretaria general de Ammar, quien también estuvo en el público durante la charla, se pronunció sobre lo acontecido en conversación posterior al evento. “Desde Ammar no cuestionamos que el Estado argentino realice adelantos en materia de asesoría y reparación a las verdaderas víctimas de trata, reclamamos que instituciones como el Ministerio Público, la Defensoría y el Ministerio de Justicia que velan por los derechos humanos de todos continúen aseverando que no existe diferencia entre trata y trabajo sexual, obligándonos cada día más a trabajar en mayor clandestinidad y precarización. Las trabajadoras sexuales autónomas no somos víctimas de trata, no se puede afirmar que no hay diferencia entre nuestra labor y la trata, somos mujeres que elegimos ejercer el trabajo sexual y que exigimos garantía de derechos y condiciones dignas para nuestra labor”.
Al finalizar la actividad, Georgina Orellano y otras trabajadoras sexuales se acercaron a Marcelo Colombo, fiscal de la Protex para preguntarle cuándo las atendería. El 24 de junio, ellas le dirigieron una carta por mesa de entrada donde le solicitaban un espacio de encuentro para hablar de los impactos de las políticas antitrata en el ejercicio del trabajo sexual autónomo en capital y en el país. Ese mismo día fueron recibidas por el secretario de Colombo.