21 de noviembre de 2015

Mi Puta Dignidad

Esta semana en Barcelona se aprobó una normativa que impide la criminalización de las Trabajadoras Sexuales. Desde Ammar conversamos con Paula Ezkerra, líder de la Campaña Putas Indignadas.



Por: Alexandra Sánchez Hernández

Prensa Ammar

Paula Ezkerra, la Trabajadora Sexual que lidera la campaña Putas Indignadas en Barcelona nació en Buenos Aires. Vive en España hace 16 años, también vivió en Francia y en Italia. No se considera migrante, ni siquiera le gusta la palabra. “Soy ciudadana del mundo”, dice. “la humanidad siempre está en constante rotación y yo tengo la fortuna y la facilidad de adaptarme muy rápidamente a los sitios donde voy. Barcelona es mi casa, en ningún momento me siento inmigrante”.

Recuerda que nació en una “familia tradicional” y recibió una formación católica, pero desde niña era “bastante cuestionadora”. A los 10 años no entendía por qué había personas con más dinero y otras con menos. “Sin saberlo, criticaba el sistema capitalista”. En la adolescencia tenía claro que no quería ni parecerse a su madre ni ser una mujer objeto. Quería ser una mujer “lista, inteligente, con una carrera universitaria”. No pasaba por su cabeza el Trabajo Sexual. “Nunca lo vi como algo malo ni pecaminoso sino como una realidad del barrio donde vivían mis abuelos paternos porque en ese sector se ejercía la prostitución. Para mí “hija de puta” nunca fue un insulto”.

Desde hace algunos días Paula está de vacaciones en Buenos Aires y visitó la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina AMMAR para intercambiar experiencias de militancia e incidencia política frente a la lucha por la descriminalización y regulación del Trabajo Sexual Autónomo.

¿Cuándo empezaste a ejercer el Trabajo Sexual?
Empecé muy joven. Creo que la gente debe empezar a ejercer este trabajo después de los 18 o 20 años, con un poco de cabeza y de sentido. Yo inicié más temprano, pero debo reconocer que me salvó la vida y me enseñó un montón de cosas. Me formó. Recuerdo que si venía un abogado, un juez o un arquitecto, una vez terminado el servicio, me tomaba el tiempo de preguntarle en qué trabajaba y le pedía que me explicase sobre su profesión. La verdad, los clientes eran muy buenos conmigo.

El ejercicio del Trabajo Sexual está marcado por un fuerte estigma, ¿Cómo te ha impactado a lo largo de la profesión?
Al principio no reivindicaba el Trabajo Sexual, sentía que merecía algo mejor. Me sentía culpable y no sabía por qué. Aceptaba el discurso que decía que era utilizada por los hombres, pero en la realidad no era así, yo trabajaba cuando quería, ganaba el dinero que quería, ellos hacían lo que yo quería. Nunca critiqué el trabajo sexual pero me pesaba el estigma y lo que se decía alrededor mío, no la realidad. También tuve la oportunidad de estar dentro del mercado laboral fuera del Trabajo Sexual, es decir, dentro del “respetable mercado laboral”. Ahí me sentía mal porque decía, “¿trabajo tantas horas y gano tan poco?”

En el 2005, mientras estaba en la disyuntiva entre el sí, el no y lo que me ofrecía el Trabajo Sexual, Barbara Biglia, una gran amiga feminista, me invitó a un encuentro de Trabajadoras Sexuales en Bruselas. Al evento fueron 400 Trabajadoras Sexuales de toda Europa y el mundo, mujeres maravillosas. Cuando escuché sus ponencias sobre el empoderamiento del cuerpo, el reconocimiento del Trabajo Sexual y una visión de feminismo diferente a la que yo había conocido hasta ese momento, entendí cuál era mi conflicto interno y dije: “me siento culpable por lo que dicen que soy pero en realidad el problema es externo, no es mío, mi trabajo lo llevo bien. Ahí rompí mi conflicto”.

¿Qué significa para ti ser feminista?
Siempre coqueteé con el feminismo y pasé por todas las etapas. Desde no querer depilarme porque era patriarcal y machista hasta querer hacerlo porque me di cuenta que aunque era patriarcal y machista estaba atravesada por la cultura y estar depilada me hacía de alguna manera feliz. Me daba placer a mí misma y me permitía reivindicar la coquetería femenina que estaba tan castigada por el feminismo y por el machismo al mismo tiempo. Nos culpaban a las mujeres de alimentar la fantasía masculina que la feminidad era algo para ser consumido por los hombres y no, los que tienen que aprender a comportarse son ellos.

¿Por qué crees que la lucha por la regulación del Trabajo Sexual resulta tan polémica?
El trabajo sexual está castigado porque tiene que ver con la sexualidad de la mujer. ¿Cómo una mujer puede empoderarse de su cuerpo, de su sexualidad, de sus genitales?, es la pregunta que subyace. No está castigado trabajar con las manos ni que te rompas la espalda ni los ojos cosiendo, pero sí está castigado que tengas el atrevimiento de cobrar con tu vagina, con tu boca. Esa visión tiene una carga moral sobre el sexo de la mujer.

¿Qué pasa cuando el Trabajo Sexual es ejercido por hombres?
El estigma no recae en los hombres, recae en las mujeres. Cuando el hombre cobra es bien visto, es el súper macho. Además, el Trabajo Sexual masculino tiene otra repercusión: está consumido principalmente por hombres, aunque hay Trabajadores Sexuales que le prestan servicios a mujeres. En ese caso son vistos como dioses.

Haces parte de la campaña Prostitutas indignadas de Barcelona ¿Cómo surge este movimiento?
Nosotras preferimos llamarnos Putas Indignadas. La campaña nace de los vecinos de Raval, un barrio de la zona de puerto donde históricamente se ha ejercido el Trabajo Sexual. En sus calles está muy naturalizada esta labor, las abuelas y las bisabuelas han visto Trabajadoras Sexuales siempre. También es una zona donde confluyen muchísimas culturas del resto de Europa, Latinoamérica, países árabes, africanos y generaciones de catalanes hijos de personas de otras provincias que han venido en época de crisis a trabajar.

Barcelona es una provincia con una historia muy anarquista donde la gente es muy activa políticamente. Durante el gobierno de Mariano Rajoy se perdieron muchos derechos, en Raval aumentó la represión policial y hubo algunos asesinatos, también se agudizó la persecución hacia supuestos “terroristas anarquistas”, a quienes les encontraban solo panfletos o flyers en contra del sistema capitalista o a favor del Movimiento Okupa. Yo soy y he sido parte de este movimiento en Barcelona, no soy anarquista, ahora mismo no, pero sí que he coqueteado con el anarquismo al igual que con el feminismo. Todas las personas que han estado detenidas, especialmente de Chile, Argentina, son compañeras y compañeros de militancia que van a las manifestaciones en contra de la guerra, en contra de los recortes, en contra de las leyes de represión. Eso es lo que el estado español y Europa en general están llamando terrorismo, no quiero generalizar pero en España sí que está pasando eso.

Ahora, en el contexto revolucionario en contra de los recortes y la crisis económica nace desde la clase media todo un movimiento social que se llama el 15 M y de ahí nacen muchos movimientos sociales. Desde Raval empezaron a apoyar la campaña Putas Indignadas impulsada por la Asociación Genera para manifestarse en contra de la persecución policial, las multas continuas y la clausura de las casas donde las Trabajadoras Sexuales se ocupaban con los clientes y además vivían. El argumento era que no estaban habilitadas para uso comercial. Había redadas constantes no solo hacia las compañeras sino también hacia paquistaníes, latinoamericanos, etc.

En realidad, el trabajo sexual era el problema menos real pero ellos se inventaron que era un problema para expulsar a la gente y a las compañeras de las casas donde pagan bajos alquileres. Es especulación inmobiliaria, gentrificación, quieren sacar la gente del barrio. Barcelona es una ciudad muy turística y todo el mundo quiere ser parte de esa ciudad maravillosa, culta. Compran los pisos a bajo precio y los venden a una suma exorbitante.

¿Cuáles son las reivindicaciones de Putas Indignadas?
La principal reivindicación es la no criminalización, la no persecución, que te dejen trabajar tranquila. Hemos hecho una campaña mediática bastante fuerte, se nos ha escuchado y los vecinos nos han acompañado en todo este proceso político de cambio que ha sufrido el estado español y Cataluña en particular. Hubo unas elecciones municipalistas donde se presentaron la CUP y Barcelona en Común que emerge de estos reclamos sociales después del 15 M. Nos invitaron a participar en el diseño de un programa político de regulación del Trabajo Sexual, pensado y creado por nosotras las Trabajadoras Sexuales. Barcelona en Común hace un llamado a todas sus afiliados y afiliadas, a personas especialistas y también se vota sin la participación de Trabajadoras sexuales que se regule el Trabajo Sexual, aunque había dos abolicionistas. En mi partido también hay gente que es abolicionista pero en el programa va la regulación porque una cosa es que seas abolicionista y otra que quieras el castigo y la persecución de las compañeras.

En Argentina, uno de los argumentos abolicionistas para no reconocer el Trabajo Sexual como trabajo es que es violencia y por ende no puede ser una libre elección de la mujer. ¿Cuál es tu visión al respecto?
¿Cuántas veces no tuvimos relaciones sexuales con nuestros compañeros sin ganas? Creo que la pasé peor diciéndole no a mi novio que a un cliente. ¿Cuántas veces tienes orgasmos con tu pareja? ¿Todas las veces que él los tiene? Yo he tenido momentos de trabajo donde la he pasado muy bien y momentos donde mientras hago una francesa estoy pensando que con ese dinero pagaré una deuda, porque estoy trabajando, porque es mi trabajo y porque no pasa nada. No significa ni que me estoy torturando, ni que me están violentando. Estoy utilizando mi cuerpo de la mejor manera que puedo y que sé para ganar dinero. Habrá algunas trabajadoras que pueden disfrutar con todos los clientes y me parece muy bien, ¡olé y vamos!

¿Qué impactos han generado las políticas antitrata en el ejercicio del Trabajo Sexual en España?
Las compañeras tienen que trabajar en una situación de clandestinidad a nivel legal. Sí que existe un sector en condiciones de trata, pero sabes qué pasa, yo no tengo tanta experiencia en trata porque nunca he vivido esa situación. Conozco más casos de explotación laboral. Por supuesto estamos en contra de la trata y la explotación. No solo de la explotación en el Trabajo Sexual sino de la explotación capitalista en todos los trabajos. Siempre que doy una charla pregunto ¿cuántas horas trabajas y cuánto te pagan?, ¿crees que te dignifica el trabajo?

El discurso que el trabajo dignifica es una mentira del capitalismo para explotarnos y esclavizarnos, el trabajo no dignifica a nadie. Puedes disfrutar más o menos tu trabajo pero no disfrutas todos los días levantándote a la misma hora como un robot y cumpliendo tantas horas de tu vida para luego encerrarte. Con relación a otros, el Trabajo Sexual tiene unas ventajas aunque no es el mejor trabajo del mundo, no existe el mejor trabajo del mundo. Ahora, solo cuando todas las personas tengamos las mismas posibilidades de derechos, ahí las putas nos replantearemos si el Trabajo Sexual está bien o mal. Aun así, yo quiero seguir trabajando de puta.

¿A qué tipos de Violencia Institucional se enfrentan las Trabajadoras Sexuales en Barcelona?
Desde 2006 en Barcelona hay una ordenanza cívica que prohíbe la negociación del Trabajo Sexual en la calle. Esa fue una prueba piloto que se expandió a las demás comunidades y derivó entre otras cosas en la llamada Ley Mordaza, la cual prohíbe el derecho a la manifestación, prohíbe filmar a un policía si está asesinando a alguien, y entre otras cosas, basada en la Ley sueca y supuestamente protegiendo a las mujeres, dice que castiga a los clientes, que multa a los clientes de Trabajo Sexual pero en ese mismo artículo, dos párrafos más abajo, dice que las Trabajadoras Sexuales serán invitadas a cesar su trabajo y que la segunda vez que vengan tendrán una multa de 500 euros y la tercera que sean vistas en la misma zona una de 10.000 euros. Eso es lo que llaman proteger a las mujeres.

Fuiste elegida como consejera del Distrito de Ciutat Vella por el partido Candidatura de Unidad Popular CUP, ¿cómo fue esta experiencia?
En el contexto que te mencioné, la CUP invitó a Putas Indignadas a participar en su programa político sobre Trabajo Sexual. Creamos una propuesta con toda la experiencia que ya teníamos como Asamblea Pro Derechos Trabajo Sexual y desde ahí nos ofrecieron una candidatura para la consejería en el distrito donde se ejerce el trabajo sexual, esa candidatura fue discutida dentro de la Asamblea y con las compañeras y se decidió que fuese yo en las listas. En todos los barrios donde hicimos mítines políticos, remarcaba que yo era una Trabajadora Sexual de la Calle y era bien acogido. Las Trabajadoras Sexuales y otras amigas y amigos me acompañaron, también recibí el apoyo del Movimiento Okupa, del movimiento anarquista y de muchos otros. Estamos muy contentas de toda la participación.

¿Qué recuerdos tienes de los tiempos en que ejerciste el Trabajo Sexual en Argentina?
Aquí participé en las campañas en contra de los edictos policiales para que la ciudadanía no fuera castigada por portación de cara, como se decía en ese momento. Me sorprende que actualmente no se diga nada cuando la policía castiga a las Trabajadoras Sexuales. En Capital Federal ya no se les encierra pero en otras provincias son encarceladas, en otros países las violan los policías y en otros las asesinan. Lo que está sucediendo en países donde tienen poder las abolicionistas, como el caso argentino, es que se les está olvidando que esto es una semilla que siembra más estigma, más odio y vulnera. Deja a las compañeras en una situación terrible de vulneración de derechos, no vamos a hablar de derechos humanos, hablemos de riesgo de vida.

¿Cómo ves el panorama del Trabajo Sexual en Argentina?
Estoy triste y decepcionada. No sabía que había leyes que criminalizan a las compañeras y que eso le da mayor poder a la policía, en este sentido Argentina tiene una historia muy negra. Yo misma he sufrido la violencia policial, fui encarcelada cuando era pequeña aquí por ser Trabajadora Sexual y la gente dice en las Comisarías, pero en las comisarías se sufre mucho. Me sorprende que compañeras mías del feminismo y el activismo apoyen esta criminalización de las Trabajadoras Sexuales. Una cosa es que tú no estés de acuerdo con el trabajo sexual y otra que lo criminalices. Yo puedo entender que no estés de acuerdo y que no sea tu lucha el reconocimiento pero que invisibilices la capacidad de decisión de una compañera y que encima apoyes la penalización es tirar lo poco que se había avanzado. La gente no tiene memoria, con todo lo que costó derogar los edictos policiales.

El 16 y 17 de diciembre se realizarán en Barcelona las Jornadas Feministas Alianzas y Trabajo Sexual, ¿en qué consiste el evento?
La promoción de esta idea viene de Genera Derechos, la Asociación que en toda Europa y toda España, a mi modo de ver, es la que más ha alentado la politización de las Trabajadoras Sexuales y su empoderamiento. Ellas se enfocan en brindar asesoría jurídica por multas y por casos de persecución institucional hacia las compañeras que tienen hijos y se los quieren sacar. No solo acompañan, también alientan la unión de los colectivos de Trabajadoras Sexuales a nivel independiente desde que las conozco.

La intención entre otras es visibilizar nuestra realidad, el reconocimiento del Trabajo Sexual. Tenemos como base la descriminalización del mismo y la no persecución hacia nuestros clientes. De hecho, la campaña de Amnistía Internacional viene a decir eso, “aunque nosotros recomendamos la regulación del Trabajo Sexual, lo que queremos es que no se criminalice”. También buscamos fortalecer el movimiento de TS, Crear un documento a nivel europeo y mundial sobre el Trabajo Sexual, no sé si va a salir de este Encuentro pero por los menos saldrá la idea.

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