Putas somos todas
2 de enero de 2017

¿Por qué Putas?

Georgina Orellano es Trabajadora Sexual y Secretaria General de Ammar Nacional, el Sindicato de Trabajadoras Sexuales de Argentina. En las siguientes líneas hace una brillante defensa de por qué resignificar la palabra Puta. A lo largo del texto, ser Puta ya no es una ofensa. Ser Puta es una forma de empoderamiento y reivindicación femenina.

Por: Georgina Orellano, Trabajadora Sexual y Secretaria General de Ammar Nacional

Durante mucho tiempo hemos rechazado la palabra Puta, nos sentíamos heridas cada vez que alguien apelaba a ese calificativo para referirse a nosotras. Fue difícil aceptarla y frente al estigma que nos generaba se la han apropiado otrxs sujetxs que nada tienen que ver con nosotras pero las hacía sentirse “progres” llamarse así, aunque nunca han pisado una puta esquina ni saben como hiere el estigma.

Si Puta es usada como un insulto es porque hay un colectivo en este caso de Trabajadoras sexuales cuyo trabajo esta estigmatizado. A nadie se le ocurriría apelar a otros mercados laborales como insulto: albañil, abogado, psicóloga, maestra.

Putas somos Todas.
Puta es la que se va de su casa temprano en busca de su emancipación.
Puta es la que toma anticonceptivos para no ser madre.
Puta es la que decide abortar.
Puta es la que se liga las trompas y renuncia a la maternidad.
Puta es la que deja sus hijxs al cuidado de otrxs para salir a bailar una noche con sus amigas.
Puta es la que decide estudiar en vez de casarse y tener hijxs o quedarse dentro del hogar.
Puta es la que sale a trabajar y su economía es autónoma.
Puta es la conflictiva.
Puta es la que se rebela a que alguien la mande y la domine.
Puta es Eva Perón, Frida Khalo, Marilyn Monroe y tantas otras que se salieron del montón para ser ellas mismas.
Puta es la que llega a un lugar de poder, y se cierne sobre sus méritos el “con alguien se habrá acostado” o “habrá chupado la correcta”.
Puta es la que anda de noche en las horas que los machos creen la calle no es para las mujeres.
Puta es la que vive libremente su sexualidad.
Puta es la que vive sola y la “visitan” distintos hombres todas las noches.
Puta es la que se va de vacaciones sola o con amigas.
Puta es la que hace pogo en vez de estar sentadita en un palco del estadio.
Puta es la que se viste como se le da la gana y se caga en la moda primavera-verano.
Puta es la que usa minifalda , la que usa jean ajustado y la que se clava un escote.
Puta es la que pasa por la peluquería y se cambia de look para ser, gustarse ella misma mientras los otrxs especulan que quiere ir a levantarse tipos.
Puta es aquella que apura a los hombres y no le cabe el histeriqueo.

Si ser putas es salirnos de las normas entonces nos apropiamos y reivindicamos la palabra puta como identidad política, identidad que nos pertenece y que no queremos cederla más a la sociedad machista patriarcal. Es una actitud de resistencia feminista sacarle la carga peyorativa, negativa y llenarla de reivindicación. LLamame Puta que ya no duele, es tan parte de nosotras, de nuestra vida que será desde ahora en mas nuestra bandera hacia la victoria.

Puta somos todas porque puta es la que trabaja en la esquina. Como nos enseñaron todas las compañeras de la diversidad sexual, basta de regalar nuestra identidad, ya hemos regalado demasiado, nos reapropiamos de la injuria y del insulto. Somos Putas y cobramos. Y a mucha honra.

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