Si bien Ammar, desde sus inicios, lleva adelante un fuerte trabajo de prevención del VIH/Sida llegando a más de 8.000 trabajadoras sexuales por año tanto en zonas de trabajo en la calle como en locales cerrados, tenemos la certeza de que las legislaciones anti-trata que se vienen dando en nuestro país perjudican y constituyen un retroceso en nuestra lucha contra el VIH/Sida, porque criminalizan el trabajo sexual y nos obliga a trabajar en condiciones indignas y de mayor vulnerabilidad. Las trabajadoras sexuales no somos vulnerables ante la epidemia, sino que las políticas que nos reprimen nos convierten en un grupo más vulnerable.
Creemos que en esta lucha contra el VIH/Sida, nuestro protagonismo como trabajadoras sexuales es clave porque tenemos conocimientos, herramientas y voz propia. Sabemos que el camino para lograr cada vez más prevención será posible cuando logremos el reconocimiento del trabajo sexual como trabajo y tengamos una ley que nos proteja y nos otorgue derechos y obligaciones como a cualquier trabajador y trabajadora de nuestro país.
Exigimos que se respeten los derechos humanos y laborales de las trabajadoras sexuales. Y exigimos el derecho a una atención integral e igualitaria en salud, sin estigma ni discriminación.