Según los datos obtenidos en el informe, la situación económica de las trabajadorxs sexuales durante la pandemia fue mala en un 72% y regular en un 25%. De la población alcanzada casi la totalidad describió su contexto económico como agobiante y un 96% manifestó haber sufrido una necesidad alimentaria, de productos de higiene o limpieza, abrigo o ropa.
Los porcentajes obtenidos resultan preocupantes debido a que el 62% de lxs trabajadorxs sexuales alcanzadxs tiene hijxs o personas a cargo y en el caso de lxs migrantes no cuentan con redes familiares de asistencia. A esto se suma el contexto de violencia, estigma y discriminación en el que esta inmerso nuestro sector.
Pandemia y violencia hacia trabajadorxs sexuales
El 50% de lxs trabajadorxs sexuales manifestó haber sufrido algún tipo de violencia durante el aislamiento social obligatorio. Las violencias con mayor presencia fueron la institucional (20%) y de género (20%). Se visibilizaron también situaciones de violencia como la ejercida por los dueños de los hoteles de familia donde viven las trabajadorxs sexuales o por parte de vecinxs.
En cuanto a la violencia institucional, se recrudeció y tuvo mayor impacto en la población travesti/trans migrante. Según nuestros registros, hubo casos de persecución policial en situaciones cotidianas para lxs trabajadorxs sexuales como ir a un comercio de barrio. El principal argumento del accionar policial fue el incumplimiento del aislamiento social.
Con respecto a la violencia de género, en el contexto de pandemia, las mujeres e identidades de la diversidad sexual estuvimos más expuestxs a violencias de este tipo y lxs trabajadorxs sexuales no fuimos la excepción. A este porcentaje se suma el registro de tres femicidios de trabajadoras sexuales en lo que va del año: Caren Peralta y Lorena Riquel en Rosario y Silvana Jhonston en Puerto Madryn.
Dos estudios previos que publicamos desde AMMAR, también reflejan el contexto de vulnerabilidad y persecución al que nos enfrentamos lxs trabajadorxs sexuales. Uno es el Informe del observatorio de Violencia Institucional OVITS (2015), el cual evidenció que el 81% de las denuncias de Trabajadorxs sexuales son por violencia institucional. Otro es el Registro Nacional de Femicidios de Trabajadoras Sexuales en Argentina. Periodo 1996 – marzo 2016, publicado en el 2016, donde se demostró que el 91% de los femicidios de Trabajadorxs sexuales queda en la impunidad.
Nuestra respuesta ante la crisis sanitaria
Ante la crisis habitacional, alimentaria y de violencia agudizada en el contexto de pandemia, desde AMMAR gestionamos asistencia humanitaria y redes de colaboración para dar apoyo a las trabajadorxs sexuales. Una de las estrategias de la Organización fue crear un Fondo Nacional de Emergencia que sigue vigente.
A través de la autogestión y con el apoyo de otras organizaciones de la sociedad civil y de organismos nacionales, además de donaciones, hicimos frente al contexto de crisis y asistimos a más de 10.000 trabajadorxs sexuales en todo el país desde el inicio de la cuarentena en Argentina.
En CABA, creamos comedores comunitarios en Constitución y en Flores. En la Casa Roja, nuestra sede en Constitución, habilitamos además múltiples servicios para brindar una asistencia integral a lxs Trabajadorxs sexuales: apoyo psicológico, jurídico, asesoría para acceder a ayudas y programas estatales, testeos de HIV y entrega de viandas con una cobertura de 700 personas por semana.
Desde AMMAR exigimos justicia por Sandra Cabrera, Caren Peralta, Lorena Riquel, Silvana Jhonston y todas las compañerxs víctimas de femicidio. También reclamamos por el cese de la violencia institucional hacia lxs trabajadorxs sexuales y por una ley que nos garantice derechos laborales.
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