Por: Leandro Abraham
En las últimas horas volvió a reavivarse el debate sobre la legalización del trabajo sexual en Mendoza, luego de que una diputada oficialista (Lorena Saponara) presentara un proyecto de ley para regular esa labor tan tabú como popularizada. Sobre esto, diversas meretrices y transexuales que utilizan el sexo como su herramienta de trabajo hablaron con SITIO ANDINO y dejaron en claro su apoyo a la iniciativa.
Entre las trabajadoras sexuales que salieron a defender el proyecto se encuentra Georgina Orellano, titular de Ammar (Asociación de Meretrices de la República Argentina) a nivel nacional, quien sin pelos en la lengua explicó los beneficios que traería esta medida para su sector. También relató cómo viven actualmente las trabajadoras sexuales en la clandestinidad.
“Queremos los derechos de cualquier trabajador. No pedimos nada de otro mundo: una obra social, un crédito, una cuenta bancaria y, sobre todo, una situación laboral digna, libre de discriminación y agresiones”, resaltó Orellano, quien trabaja en Capital Federal.
“No sólo los hombres demandan sexo y las mujeres lo brindan a cambio de dinero. También existen otras realidades. Algún día vamos a dar nombres para que se termine la hipocresía”, lanzó la titular de Ammar, generando el aplauso de la veintena de personas presentes en la presentación de la iniciativa de ley.
En tanto, y para responderle al sector de la sociedad que defiende la afirmación de que la prostitución es indigna para las mujeres, la mujer disparó: “La dignidad no la tenemos en la vagina, somos mujeres como cualquier otra, con familias y merecemos el mismo respeto”, indicó.
Finalmente, y en un modo de crítica a la clase política que mira para otro lado cuando se trata de legalizar el trabajo sexual (el proyecto de ley presentado en el Congreso de la Nación fue cajoneado), Orellana resaltó: “Muchas personas se prostituyen. Por ejemplo los políticos también se prostituyen en épocas electorales, y no vemos que eso sea ilegal ni esté perseguido por la sociedad”.
Por su parte Fátima Olivares, titular de Ammar en Mendoza, habló sobre el hostigamiento que las trabajadoras sexuales deben soportar todos los días para realizar su labor diaria en la tierra del sol y el buen vino. También criticó la medida de la municipalidad de Capital de prohibir la prostitución y los cabarets.
“Todos los días la policía nos coimea, nos pide plata. Muchas chicas son detenidas y pasan 20 o 30 días en la cárcel, sólo por trabajar. El tema de la policía es recurrente y la legislación los ampara para que hagan lo que quieran con nosotras”, resaltó la mujer.
En tanto, sobre la legislación impulsada por el fallecido intendente Víctor Fayad, la meretriz destacó: “Por un lado nos benefició, porque logró reducir el negocio de los proxenetas. Pero en general nos perjudicó mucho, porque nos hace trabajar cada vez más en la clandestinidad, alejadas de la protección del Estado. Mientras más se nos prohíbe, más kiosquitos se arman en torno a las trabajadoras sexuales”.
De esta manera, y anticipándose al debate legislativo y social que se vendrá en el corto plazo en Mendoza, las trabajadoras sexuales de la provincia muestran los motivos por los que necesitan que el Estado deje de mirar para otro lado y genere un marco regulatorio de su trabajo.